La salvación es
para todo el mundo, la invitación a disfrutar de la gracia, misericordia y
perdón de Dios está a disposición de todo aquel que desee, recibirla, no es por
méritos o por obras, es un regalo, un don de Dios.
Junto a este
gran obsequio, está el requisito de iniciar una vida diferente, de esforzarnos
en agradar el corazón de Dios, de seguir el ejemplo de Jesús y no dejarnos
llevar por la corriente de este mundo que se desborda en su deseo que hacer lo
malo, ignorar la ética y valores, pero sobre todo; ignorar a Dios.
Es precisamente
en este punto en donde a muchos el evangelio y la dádiva de Dios deja de
parecerles atractiva, seguramente si el seguir a Dios, no fuese por medio de un
camino estrecho, muchos transitarían por él, pero la realidad es que aunque el
seguir a Jesús es la única diferencia entre la vida y la muerte (literalmente),
a la hora de empezar a vivirlo muchos retroceden.
Estas personas
no abandonan la senda de la vida porque hayan conocido otra verdad, no, ellos
saben que no hay verdad fuera de la que han entendido y experimentado, ellos se
alejan porque no desean pagar el precio. No estamos hablando de este tema con
el fin de señalar a ninguna persona en particular, de ninguna manera, lo
hacemos para que podamos identificar aquello que nos está alejando de la vida
eterna y nos está dirigiendo a una muerte segura, no importa que tan atractivo
se ve, dice la palabra que su fin es muerte.
Dios nos invita
a ser parte de los que no retroceden, de los que caminan en Fe y vencen, para
recibir la corona de Vida. Si bien es cierto que el camino parece difícil, la
recompensa lo vale. Debemos poner todo en balanza, realmente el recibir el
desprecio de nuestros familiares, el rechazo de una sociedad y la mirada
burlona de muchos, no es nada agradable, pero volverse atrás, renunciando a la
gracia, conformándose con cosas pasajeras y dejándose llevar por los deleites
de este mundo que sólo nos llevan a una vida de perdición, no puede ser la
mejor opción.
Asegúrate de
ser parte de los que no retroceden y se auto condenan al juicio e ira de Dios,
sigue adelante, no importa la oposición, vale la pena. Seguramente vas a
enfrentar vientos fuertes, burlas, cansancio y hasta desanimo, pero volver
atrás no puede ser una opción, volver atrás es firmar tu sentencia, renunciar
es morir.
Nosotros somos
de los que avanzamos en Fe, de lo que todo lo podemos en Cristo que nos
fortalece, de los que nos aferramos a la cruz y soportamos cualquier tempestad.
Nosotros somos los que esperamos la promesa y el gran galardón, vale la pena,
no vamos a retroceder.
Hebreos 10: 35
“No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón”.
Dilean Canas
No hay comentarios.:
Publicar un comentario