Las he visto correr llevando a sus madres
(o suegras) al médico, ayudando a sus hijos con las tareas (o recogiéndolos de
una fiesta), escogiendo un regalo para la reunión de intercambio, trabajando en
la oficina hasta muy tarde y descubriendo que sus canas aparecen cada vez más
rápido.
Ellas son las mujeres de la generación emparedado (sándwich), damas de mediana edad (después de los 35 y antes de los 55?) que se hacen cargo de dos generaciones: sus padres y sus hijos.
Ellas son las mujeres de la generación emparedado (sándwich), damas de mediana edad (después de los 35 y antes de los 55?) que se hacen cargo de dos generaciones: sus padres y sus hijos.
A estas dedicadas mujeres se les inculcó
que era su deber cuidar a todo el que lo necesitara: al niño, anciano, enfermo
o desprotegido. Algunas de ellas renunciaron a sus proyectos personales
pensando que si se dedicaban a los suyos contarían con afecto incondicional…
mientras otras se hicieron responsables porque no había quién más lo hiciera.
Sus vidas serían distintas si las políticas públicas ampararan al adulto mayor
y si los jóvenes tuvieran mayores oportunidades labores que facilitaran su
independencia.
Por si fuera poco, las mujeres de la
generación sándwich enfrentan altos niveles de estrés por todo el trabajo que
realizan y ya empiezan a notar el proceso natural de envejecimiento, lo cual
les causa cierta frustración porque no tienen las energías que hasta hace poco
tenían.
Si es una de ellas: ya se hizo un
chequeo médico?, ha pensado en retomar alguno de sus sueños?
La vida es ahora.
Jesús te dice: 28- ¡Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os daré descanso! 29-
Tomad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí; porque soy manso y
humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. 30- Porque mi yugo es suave, y ligera mi carga.
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